Translate

miércoles, 2 de febrero de 2011

Un paseo por los jardines impresionistas

Estaba pendiente de las tablas de Adán y Eva de Durero restauradas y de las exposiciones de Renoir y Rubens en el Prado, magníficas; entusiasmada al descubrir entre las cebollas y las manzanas de Renoir un delicioso paisaje de la costa de Guernsey en las islas del Canal de la mancha, ya que hacía unos días había paladeado una novela titulada La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, cuando mi amiga Fata me dijo que había visto la de los jardines impresionistas, en el Thyssen, que no me la perdiera que seguro me encantaba.


Jarrón de flores de Renoir,1866.
 
Fue una recomendación estupenda, porque entre tantas flores y paisajes de campo una vuelve a lugares que ha visitado y vivido con más o menos frecuencia física y mental…el otoño reciente en Fontainebleau, los veranos en Barbizon, las bodas celebradas – y con un brazo escayolado hasta el hombro-, entre hortensias o flores de mundo que le decimos en Canarias, en el Jardín de las artes - Au jardin des arts de Erika Gagé, pintora de reconocida proyección internacional, con sus clientes japoneses y americanos entrando y saliendo de su atelier en la Rue Grande, un poco más acá del taller de Millet, donde probablemente pintara el ángelus que tanto activara la imaginación de Dali generando su ensayo El mito trágico de “El Ángelus” de Millet

Campos de trigo verde primero, amarillos después, salpicados de amapolas rojas, meriendas al aire libre, huertos de hortalizas como jardines productivos en las casas de los propios artistas, el olor de los fertilizantes a unos pocos kilómetros de París…De un tiempo a esta parte, la Rue Grande está mucho más animada: a la farmacia, la carnicería, el tabac y los dos hoteles, se han sumado un par de cafeterías con sus mesitas en las aceras y una heladería, donde hacer una pausa entre galería y galería. Aaaaiiihhh, todo esto evoca una exposición, bueno, a cada uno le evocará lo suyo, naturalmente. La visión de los jardines de Monet es fácil que lo lleven a uno a su casa de Giverny y los campos de Van Gogh a Auvers-sur-Oise…Pissarro y Corot a Barbizon…

Ya sea la obertura de La fuerza del Destino de Verdi, arrebatadora en todos los sentidos, interpretada por la Orquesta del Teatro Real bajo la batuta de James Conlon, ya sea el aria de Manon Lescaut en la voz de Ainoa Arteta, o el Pescador de perlas con Bryn Terfel y Paul Groves, imaginando las inmersiones submarinas en la polinesia porque sí, porque la mente se va sin más, sin equipaje, sin espacio, y una guapa y atractiva Sonya Yoncheva conquista zalamera y el joven Erwin Schrott catálogo en mano “Felicidades, Plácido”(*), generan confianza en el presente y en el futuro, porque como los impresionistas, hay que salir de las casas a buscar la luz, el aire libre (aire limpio, claro, pero para esto no hay leyes ni prohibiciones…) y respirar una vida mejor, más limpia y más alegre, porque mientras siga habiendo gente buena, luchadora y optimista, con ganas de seguir soñando, hay esperanza.

Camille Pissarro. El jardín del artista en Éragny,1898.


En el Thyssen, hasta el 15 de febrero, “el jardín aparece como un punto de encuentro entre lo urbano y lo rural, (…) así como los pintores de Barbizon habían representado jardines campestres, Manet y los impresionistas descubrieron en los parques parisienses los atractivos combinados de la vida moderna y al aire libre”.

(*)
http://quepasaraconlasbibliotecas.blogspot.com/2011/01/concierto-aniversarioplacido-domingo-en.html

http://www.erikagage.com/html/video.html

Disculpen la intensidad y la tardanza, pero ya había amenazado con que el fin de semana iba a ser muuuuuuuuuy denso y queda más...

1 comentario:

  1. nada denso. He visto la exposición sin salir de mi casa. Y tú tan parisina!

    ResponderEliminar