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miércoles, 23 de junio de 2010

The Phantom of the Opera.

Hay espectáculos que con el paso de los años se quedan un tanto obsoletos, demodé, old fashion; y otros que simplemente pasan a ser vintage. Las estéticas cambian y los ritmos también. Es ley de vida. Esclavitud de modas, quizás. Sin embargo, hay producciones que a pesar del paso de los años mantienen su piel tersa y sin arrugas y cuando las vas a ver porque ese viernes no tenías previsto hacer nada, porque la versión vista en Madrid hace años no te disgustó y como la original, en idioma original, no hay nada, pues aquello que dices “pues sí, vamos”. ¿Cómo no tenía el recuerdo de esta emoción? Indudablemente, la música la conocemos todos, aunque haya quien no la soporte, jajaja, pero ¿solo me había quedado el recuerdo de una reja?...ah…y aquel espejo, es verdad… Tengo que reconocer que lo de la lámpara (entiendan que no aclare más por aquello de no desentrañar los misterios de la obra) sí que me impresionó más la otra vez…Hasta aquí puedo contar. Solo añadir que disfruté mucho de la preparación y profesionalidad de los artistas cantantes, bailarines y actores, con años de escuela, de la magnificencia de la obra como sabemos está situada en la ópera de París en sus años más bulliciosos y la melodía hechizante atrae al espectador hacia ese submundo al que todos llegamos en algún momento de nuestra vida… Cuando una obra lleva más de 20 años en escena es por algo. Por cierto, el señor Webber ha estado buscando a Dorothy estos días en la BBC…





(Mayo 2010)

domingo, 20 de junio de 2010

Good morning

Cada mañana le echaba un ojo al escaparate de los sombreros y las pamelas, después de mirar a derecha e izquierda y cruzar el paso de cebra delante del restaurante italiano. Cada mañana enfocaba un modelo diferente durante unos segundos, mientras con paso ligero alcanzaba la parada del autobús. Aquella mañana, algo cansada del ajetreo del dia anterior, el tiempo, la lluvia y los cambios de temperatura extremadamente bruscos, dobló la esquina al salir del portal como todos los días desde hacía seis semanas y al llegar al cruce, el sonriente y charmant chófer del micro de los niños de uno de los colegios del barrio, le dijo un efusivo "good morning". "Good morning", contestó ella devolviéndole la sonrisa y sintiéndose integrada en la vida del borough. "After all, the sun always smiles in the middle of the storm".

http://www.bajaryoutube.com/watch?v=bU2zoQ8gV-s&sms_ss=blogger

domingo, 13 de junio de 2010

Crowded House in London

El inicio del concierto se había retrasado un poco. El Hammersmith Apolo estaba lleno-crowded-. La moqueta y los cuerpos de la masa congregada emanaban un calor adormecedor y asfixiante. Desde que los psicodélicos teloneros hicieron mutis por el foro y aparecieron los Crowded House, pasaron 45 minutos de pruebas de sonido y colocación de los instrumentos. Dos ocas y un par de setas de hongo rojo con lunares blancos de jardín eran el decorado junto a tres alfombras bajo cada micrófono y un fondo con el nombre del grupo. El sopor se iba apoderando de los sentidos, pero al fin salieron y sonaron. Vaya si sonaron...Las guitarras, los pianos, la batería, los efectos...una gozada, la verdad.
Letras para sumergirse en uno mismo y en sus experiencias, en los recuerdos que permanecen inalterables con el paso de los años. Tell you the truth... mi primer viaje a las antípodas, cuando supe de su existencia, baladas y mucha marcha, como la vida concentrada en dos horas de concierto compartido con un público absolutamente afinado y entregado, con espontánea tambourine que quería algo y que fue invitada a subir al escenario y tocar la pandereta mientras la super banda tocaba It's only natural. Y en verdad todo era tan natural. Don't dream it's over...Fall at your feet...



Siento mucho la mala calidad de los videos, pero estaba sentada muy lejos, más que mirar el video escúchenlo...



sábado, 5 de junio de 2010

Ballet Nacional de España en el London Coliseum

Quizás fue el exceso de entusiasmo. Con el recuerdo del espectáculo de marzo del año pasado en Madrid, con los pelos de punta y un escalofrío permanente recorriendo el cuerpo de arriba abajo y de abajo a arriba al son de las castañuelas del cuerpo de baile, tacatacatacatacataatatatatca y los brazos sube y baja en perfecta y grácil armonía siguiendo a los pies en paso de vals, media luna y giro y giro y giro, cabeza y sonrisa, cabeza y sonrisa, arriba y abajo, y uno y dos y otra vez el escalofrío…; con las ganas de volver a disfrutarlo y la expectación ante la participación de Tamara Rojo como invitada especial, la ilusión se fue apagando al pasar los minutos y una hora y dos…

Yo no sé si es que después de ver las coreografías más recientes el gusto se refina o se vuelve exigente o se acostumbra al cambio, a la evolución. No sé si es culpa de la luz del escenario negro, que no conseguí vibrar con los colores de Sorolla que Rojas y Rodríguez quisieron imaginar en el año 2007, porque la única luz era la de las batas blancas de ellas…no sé por qué tuvieron que calzar a Tamara con unos zapatitos azules como de Blancanieves en lugar de dejarle sus zapatillas y hacerla bailar algo de la escuela bolera, más clásico pero de carácter, porque la luna de José Antonio no era luna llena como es habitual en la bailarina, y no porque estuviera mal, para nada, pero acostumbrados a verla completamente entregada a sus personajes, echamos de menos su soltura. Tan discreta pasó por el escenario que al terminar la función, una señora en la calle me preguntó: ¿quién era la bailarina invitada?…Como ven, no sé nada…solo que tuve la sensación de que en época de vacas flacas, tiraron de refritos para salir del paso con un espectáculo probablemente comprometido con mucha anticipación. Estamos en Londres donde el público llena los teatros un día sí y otro también, y aunque a veces tenga el sentido de espectador de provincias, está acostumbrado a tener una amplia oferta de actividades culturales todos los días. Este espectáculo tan aburrido cuyas tres coreografías tienen sus añitos ( Dualia, Romance de Luna y La Leyenda)  no me parecen la mejor muestra de lo que se está haciendo en España. De lo que yo vi el año pasado en Madrid a lo que vi hace unos días en Londres hay unos cuantos años luz, como el sol y la luna, vamos.

Los días 12 y 13 de junio estará la compañía del Ballet Nacional de España en el Auditorio de Tenerife. Las coreografías son otras - tranquilas, chicas – y seguro que el repiqueteo de las castañuelas y el magnífico cuerpo de baile las levanta de las butacas reclamando bises y lanzando oles.

martes, 1 de junio de 2010

La Fille du régiment, con Juan Diego Flórez y Natalie Dessnay en Covent Garden

Hay joyas que en la vida nadie te podrá quitar. Ni el más experto de los ladrones podrá desvalijarnos de determinadas vivencias, experiencias y momentos tan magníficos que más parecen un bonito sueño después de la lectura de un cuento de hadas.

Anoche fue uno de esos momentos y en el intermedio no te queda otra que agradecer una vez más la suerte que tienes. Fue en Covent Garden. La ópera cómica de Donizetti, La fille du Regiment tenía a Juan Diego Flórez como Tonio, el tirolés que enamorado de Marie se une al regimiento francés para poder tener derecho a su amor. Oh, Dios mío, ¡¡¡qué declaración de amor!!! El teatro, lleno a rebosar se venía abajo; los bravos, pataletas y aplausos emocionaron al tenor, aunque ya debe de estar acostumbrado. Y Marie…la compañera de reparto de Flórez, la protagonista, la que lleva el peso de la obra durante dos horas y cuarenta minutos, era Natalie Dessay. ¡Qué artista! En todos los sentidos, porque si su voz es estupenda y sus agudos ligeros fantásticos, no hay calificativos para la capacidad que tiene de irlos soltando ah/ah/ah\ah\ah con una plancha en la mano repasando las camisetas de los soldados natural y perfectamente acompasado todo…Pero si solo la presencia de Juan Diego Flórez era reclamo más que suficiente para el lleno absoluto, si Natalie Dessay estuvo inmejorable en su papel, el resto del reparto y el coro y la puesta en escena y la orquesta remataron el maravilloso espectáculo.

Una preciosidad ¿lo he dicho ya? Pues sigo porque todo vale la pena. Bajo la dirección de Laurent Pelly, la puesta en escena sencillamente genial. Unos mapas de Suiza, del Tirol, de fondo y plegados en el suelo del escenario haciendo las veces de colinas y campos de batalla, tongas de ropa interior del ejército, las camisetas por lavar y planchar y los calzones largos tendidos en unas liñas y unos catres que desaparecen y en la segunda parte, sobre los mapas un esqueleto de salón del castillo de la marquesa (Ann Murray) que tocó el piano acompañando a Marie cuando trataba de educarla o más bien refinarla un poco para casarla con el sobrino de la  duquesa (Dawn French). El sargento Sulpice (Alessandro Corbelli), el mayordomo (Donald Maxwell), el tanque en el que entra Tonio en lo alto, como su voz, para evitar la boda, venciendo los obstáculos…

Una partitura muy difícil, de fondo, que de forma ligera y cómica, es un reflejo de la vida, en fin, el todo está en cómo se interprete y de ahí el éxito…Yo solo puedo seguir dando las gracias.

Fotografía de Javier Moncholí.