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jueves, 24 de febrero de 2011

Tras mis pasos. Impresiones de un viaje por Nueva Zelanda y Australia



Viernes, 5 de noviembre de 2004.-
Llegando al lago Tekapo. Salimos esta mañana temprano, a las 7 y pico. Hoy no me encuentro muy bien...El paseo por Christchurch fue curioso, me orienté estupendamente. Reconocía las calles, las aceras, las estatuas…otra vez la de Scott a la orilla del río Avon, donde E. y yo tenemos unas fotos muy bonitas como si se hubiese parado el tiempo. Volví al museo de Canterbury donde está la más completa colección sobre la Antártida, el trineo y un esquí de Scott, el trineo motorizado de Shackleton, una réplica de la caseta que montaron en el continente blanco. Quizá el libro de Viaje a la Antártida me afianzó los recuerdos, no sé. Mientras lo leía visualizaba las distintas salas del museo que recorría la protagonista de la expedición, yo había estado allí y ahora…la sala de historia natural, la de la cultura maorí, la de los primeros colonos…


Con Scott en Christchurch.
No ví ningún barco en el que embarcarme, cual Capitán Cook, así es que aquí estoy en un bus camino de Queenstown, a donde llegaremos sobre las 3 de la tarde. Perdí mis gafas de sol, caramba. Seguramente se me cayeron en la habitación, qué rabia.


Ya llamé a casa, que tenía 4 llamadas perdidas. Nos paramos a tomar el almuerzo entre las 11 y las 11’45 en el lago Tekapo, no hice foto, y estamos llegando a otro lago, Pukaki. La hierba es aquí más seca, la pradera es más esteposa, por la cercanía de las montañas nevadas, supongo, y que hará poco tiempo del deshielo. Bueno, bueno, impresionante vista del Monte Cook al otro lado del lago. Conseguí estrujar la batería de la cámara y sacar 3 fotos. Ahora si parece que la hierbita está saliendo…

El viaje ha sido precioso y bien merecía el largo trayecto en autobús. Queenstown no es lo que yo esperaba en el sentido de que no es una ciudad típica: parece que sea una ciudad del oeste americano cuando la conquista. En cualquier caso es la ciudad de la aventura y el deporte de riesgo. Situada a la orilla del lago Wakatipu, el centro es llano y pequeño, tan solo unas manzanas de casas, backpakers y montones de agencias que ofertan excursiones y actividades para rafting, kayac, parapente, puenting, pesca y no sé cuantas cosas más. Las montañas con sus picos nevados, llamadas The Remarkables, al otro lado del lago, se veían desde la cama de la habitación en el Discovery Lodge. La gran cordillera de los Alpes neozelandeses, quedaba en la trasera del albergue.


(extracto del diario de viaje)

sábado, 19 de febrero de 2011

El flamenco perdura en el tiempo, de la Familia Sánchez Cortés. Les musiciens du Louvre y la Royal Philharmonic Orchestra en Festival Música de Canarias...

El flamenco perdura en el tiempo. Todavía bailan en mi cabeza los volantes del vestido de raso rosa, ozú, de Saray Cortés y los bonitos zapatos mostaza y marrón de Antonio de Verónica, zu mariio, trajeado de dorado dándole la réplica a lo farruquito… mu gitano, qué arte, qué brío, qué poderío el de la Familia Sánchez Cortés sobre el escenario del Teatro Guimerá. ¿Quién dijo que no había público para llenar una sala de flamenco en la isla? No sé, porque apenas quedaban unas pocas entradas en lo alto de gallinero y en los palcos pegados al escenario. Y viendo los aplausos y los vítores del entregado aforo y de la competencia que tenían a esa misma hora en el Auditorio de Tenerife con Les musiciens du Louvre y Anne Sophie von Otter, no se entiende que no se organicen más veladas flamencas. La Salinera - la mama- taconeó más de cinco minutos de reloj sola, sin voz ni caja ni guitarra, ni falta que le hacían. Sus pies hacían sonar los clavos de los zapatos gobernados por un cuerpo entregado al éxtasis que contagió a gitanos y payos cortándoles el aliento en su susurrante taconeo…Los pelos de punta y dolor de rodillas ante el esfuerzo ajeno. Y como de casta le viene al galgo la niña Saray lució bien de quién es hija, solo una cosita: demasiao exhagerao el remango de la falda que casi le subía al ombligo; sus bonitas y torneadas piernas de bailaora no necesitan enseñar tanto para dejar constancia de que no tienen ni un gramo de celulitis. La Triana, con pantalones, también dejó un ratito las palmas y se marcó unos pasos que supieron a poco.

Pero es cuestión de gustos, oiga, y otra cosa es tener gustos variados, como Ana. Disfrutó muchísimo. Sus amigas de Sevilla la llevaban a tablaos y no se esperaba que estuviese tan bueno el baile…ayer Händel con Les musiciens du Louve -precioso y qué buenos los solistasy el coro-, hoy flamenco puro y mañana y pasado la orquesta de Londres. Sí, estuvo apretada la agenda del fin de semana, y todavía tiene la final de murgas, la gala de la reina del carnaval y la de rondallas, creo que me dijo…fuerte novelera, oiga, con todo el respeto le dije, y riéndose compartimos palco, músicas, taconeos y alegrías.

La Royal Philharmonic Orchestra cerró este año el Festival de Música de Canarias con una obra estreno absoluto por encargo del festival de Gustavo Diaz Jeréz, difícil como su título “Ymarxa”, una magnífica suite nº2 del Sombrero de tres picos de Falla y una Fantástica sinfonía de Berlioz, dirigida por Charles Dutoit. Imponente sonido, envolvente y cálido…brillante interpretación. Gracias.

Les Musiciens du Louvre I

Marc Minkowski, director
Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana
Jordi Casas, maestro de coro
Julia Kleiter, soprano
Colin Balzer, tenor
Marcus Brutscher, tenor
Mika Kares, bajo

G.F. Händel: Acis y Galatea ( versión reorquestrada por W.A. Mozart)

Nota: Minkowski se dirigió al público para disculpar el retraso del comienzo del concierto por enfermedad en dos de los intérpretes, el clavicenista y uno de los tenores, con un humor estupendo explicó la trama y algún recorte de un aria sin mucha importancia, concluyendo que la obra de Händel y los arreglos que Mozart le hizo más tarde hacían de ella algo increíble. No puedo imaginar que sonase mejor y a tenor de los aplausos, el público tampoco.

Y nos vamos con la música a otra parte, porque esta semana va de artes plásticas. Tanto las ferias Arco como ArtMadrid, están atrayendo a miles de coleccionistas, artistas y curiosos que se concentran en las galerías que exponen las obras de los pintores contemporáneos. Una estupenda oportunidad para tomarle el pulso al mercado y hacer una buena inversión, en algo que a uno le guste, por supuesto y según presupuesto.


La pintora canaria Carmen Cólogan expone en ArtMadrid 2011 con la Galería Vegueta


jueves, 10 de febrero de 2011

El lago de los cisnes, Sylvia, la confianza y la Wildlife photographer of the year


Y de los jardines impresionistas a El lago de los cisnes, en el ROH. Precioso, con Zenaida Yanowsky y Nehemiah Kish muy bien compenetrados y fue un alivio y un gozo, porque nos quedamos con un poco de susto después de haber visto a la primera bailarina en Sylvia con otros bailarines que la elevaron y cogieron en brazos, pero sin la complicidad que desprendían en el lago…en fin, que para que un pas de deux sea sublime la confianza que tengan el uno en el otro es fundamental. Él tendrá la fuerza y la maña para elevarla por los aires, y ella se hará ligera tratando de flotar para caer con elegancia y serenidad en los brazos del amado…Incluso para morir tirándose al lago y así vivir juntos for ever…pero ¿cómo que se tiran al lago y se suicidan? ¿Pero no la rescataba el príncipe y vivían felices comiendo perdices? Aaah, sí, esa fue la versión que vendieron los soviéticos el siglo pasado, porque eso de morir por amor y vivir eternamente juntos en el más allá era demasiado romanticismo y esperanza en un mundo que se les escapaba de las manos y podía generar rebeldías y quién sabe si revoluciones…en cualquier caso y por distintos motivos este ballet maravilloso con música de Tchaikovsky tiene muchas versiones, largas, cortas, de final feliz con el príncipe rescatando a Odette y algo más trágica – y más acorde con la música- con los dos protagonistas saltando al lago…pero igual que los cisnes volando sobre el escenario eran ideales – por lo bien hecho que estaba el efecto- la visión de los enamorados navegando en su barca-cisne más allá resulta ideal…en varios sentidos, ¿no? Si en un juicio precipitado al ver a los bailarines, en Sylvia por ejemplo, uno se queda con el “qué grande es ella, podrán levantarla por los aires el pastor y su secuestrador” y los hubiésemos visto solo a ellos, quizás nos hubiésemos perdido el verla a ella, a Zenaida, magnífica con Kish. Y si en Sylvia la preciosa escenografía y el estupendo cuerpo de baile envolvían esos momentos de disfrute de la belleza en movimiento, en que crece la admiración por la confianza que deben depositar el uno en el otro, en El lago de los cisnes (los cisnes con sus blancos tules largos y no los tutús de plato, por cierto) quizás sea esa la virtud por la que se hace factible la escena de amor entre los enamorados…Quien entregado se lanza a los brazos del otro y se deja elevar por los aires, debe confiar mucho y es hermosa esa confianza, y sobre todo cuando en algún salto ya te han dejado caer, en la vida o los ensayos, piensas…se levantan y vuelven a confiar, a saltar y seguir el baile de la vida hasta que baje el telón…Para entonces las emociones te han transportado tan lejos de la butaca del teatro que solo el chim-pún sostenido de la orquesta te devuelve a la realidad.  

Cisne en Thomery, de Mª Padrón
De los cisnes de tules y lentejuelas damos un saltito a la exposición de la Wildlife photographer of the year en el Natural History Museum, donde también había cisnes levantando el vuelo capturado por el objetivo de una cámara. Y entre tigres, ciervos, hormigas con sus crías, caimanes, montañas blancas reflejadas en un lago, una lluvia de estrellas con los tajinastes rojos en flor en la Cañadas del Teide, otra fotografía con los Roques de García y una tercera del mismo autor, Francisco Mingorance, de Lanzarote y sus volcanes…ahí, colgaditas, o mejor dicho, empotradas en los paneles de luz, entre la isla de los pescadores del Salar de Uyuni en Bolivia y la aurora boreal en Noruega…ay, me cuesta no dejarme nada en el tintero, pero son muchas las impresiones y “una es sola pa todooo”, diría la señora.

Échenle un ojito a la exposición:

http://www.nhm.ac.uk/visit-us/whats-on/temporary-exhibitions/wpy/photo.do?photo=2635&category=8&group=1

miércoles, 2 de febrero de 2011

Un paseo por los jardines impresionistas

Estaba pendiente de las tablas de Adán y Eva de Durero restauradas y de las exposiciones de Renoir y Rubens en el Prado, magníficas; entusiasmada al descubrir entre las cebollas y las manzanas de Renoir un delicioso paisaje de la costa de Guernsey en las islas del Canal de la mancha, ya que hacía unos días había paladeado una novela titulada La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey, de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, cuando mi amiga Fata me dijo que había visto la de los jardines impresionistas, en el Thyssen, que no me la perdiera que seguro me encantaba.


Jarrón de flores de Renoir,1866.
 
Fue una recomendación estupenda, porque entre tantas flores y paisajes de campo una vuelve a lugares que ha visitado y vivido con más o menos frecuencia física y mental…el otoño reciente en Fontainebleau, los veranos en Barbizon, las bodas celebradas – y con un brazo escayolado hasta el hombro-, entre hortensias o flores de mundo que le decimos en Canarias, en el Jardín de las artes - Au jardin des arts de Erika Gagé, pintora de reconocida proyección internacional, con sus clientes japoneses y americanos entrando y saliendo de su atelier en la Rue Grande, un poco más acá del taller de Millet, donde probablemente pintara el ángelus que tanto activara la imaginación de Dali generando su ensayo El mito trágico de “El Ángelus” de Millet

Campos de trigo verde primero, amarillos después, salpicados de amapolas rojas, meriendas al aire libre, huertos de hortalizas como jardines productivos en las casas de los propios artistas, el olor de los fertilizantes a unos pocos kilómetros de París…De un tiempo a esta parte, la Rue Grande está mucho más animada: a la farmacia, la carnicería, el tabac y los dos hoteles, se han sumado un par de cafeterías con sus mesitas en las aceras y una heladería, donde hacer una pausa entre galería y galería. Aaaaiiihhh, todo esto evoca una exposición, bueno, a cada uno le evocará lo suyo, naturalmente. La visión de los jardines de Monet es fácil que lo lleven a uno a su casa de Giverny y los campos de Van Gogh a Auvers-sur-Oise…Pissarro y Corot a Barbizon…

Ya sea la obertura de La fuerza del Destino de Verdi, arrebatadora en todos los sentidos, interpretada por la Orquesta del Teatro Real bajo la batuta de James Conlon, ya sea el aria de Manon Lescaut en la voz de Ainoa Arteta, o el Pescador de perlas con Bryn Terfel y Paul Groves, imaginando las inmersiones submarinas en la polinesia porque sí, porque la mente se va sin más, sin equipaje, sin espacio, y una guapa y atractiva Sonya Yoncheva conquista zalamera y el joven Erwin Schrott catálogo en mano “Felicidades, Plácido”(*), generan confianza en el presente y en el futuro, porque como los impresionistas, hay que salir de las casas a buscar la luz, el aire libre (aire limpio, claro, pero para esto no hay leyes ni prohibiciones…) y respirar una vida mejor, más limpia y más alegre, porque mientras siga habiendo gente buena, luchadora y optimista, con ganas de seguir soñando, hay esperanza.

Camille Pissarro. El jardín del artista en Éragny,1898.


En el Thyssen, hasta el 15 de febrero, “el jardín aparece como un punto de encuentro entre lo urbano y lo rural, (…) así como los pintores de Barbizon habían representado jardines campestres, Manet y los impresionistas descubrieron en los parques parisienses los atractivos combinados de la vida moderna y al aire libre”.

(*)
http://quepasaraconlasbibliotecas.blogspot.com/2011/01/concierto-aniversarioplacido-domingo-en.html

http://www.erikagage.com/html/video.html

Disculpen la intensidad y la tardanza, pero ya había amenazado con que el fin de semana iba a ser muuuuuuuuuy denso y queda más...