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sábado, 28 de agosto de 2010

Los dongria kondh, Niyamgiri y la mina de bauxita.

De survival.es

En estos días de fin de verano, Survival ha anunciado que el coraje y la tenacidad del pueblo de los dongria kondh en su lucha, para que su montaña Niyamgiri no fuera convertida en una mina de bauxita, ha tenido un final feliz, de éxito, de victoria, de esperanza para otros que viven amenazados por los poderosos “proyectos de desarrollo”.

Estos días rescaté un libro de 1974 de Marvin Harris, Vacas, cerdos, guerras y brujas (Ed. Alianza Editorial,1984). Necesitaba sacar del rincón de la memoria en el que se encontraba el capítulo de las vacas en la India. ¿Por qué era que se pasean a su antojo sin obstáculo ni resistencia de los hambrientos y harapientos hindúes mientras cristianos y musulmanes se rifan su carne? ¿Por qué no progresan esas gentes y se modernizan? En unas amenísimas 20 páginas, el antropólogo concluye que “los estudios de costos y de rendimientos energéticos muestran, en contra de nuestras expectativas, que la India utiliza su ganado vacuno con mayor eficiencia que Estados Unidos”… “que –como dice Odend’hal – la eficiencia relativamente alta del complejo ganadero indio no obedece a que los animales sean especialmente productivos, sino a que los hombres aprovechan con sumo cuidado sus productos”.

Sucintamente, solo el valor del estiércol de las vacas de la india – como combustible, como suelo, como techo, como abono para las tierras – la resistencia de los animales a las grandes sequías y hambrunas hasta que llegan los monzones y el poco de leche que les pueden estrujar, merita para que a pesar del hambre y la desesperación, el instinto de supervivencia a largo plazo les impida matar al animal, teniendo así hambre hoy, pero pan mañana.

Durante miles de años, hay pueblos que han vivido con unas costumbres difíciles de aceptar por los occidentales, no solo por la imagen pobre y salvaje que vemos con ojos de consumista despreocupado, sino porque la soberbia de creerse superior a otro de la misma o distinta especie le impide percibir la riqueza de esos otros. Los dongria kondh han ayudado a cuidar los bosques densos de la zona de su montaña sagrada Niyamgiri con una flora y una fauna inusualmente rica. Si no se hubiese parado el proyecto de explotar una mina de bauxita a cielo abierto - para hacer ricos de dinero a unos pocos - se destruirían los bosques, se alterarían los ríos y también ese modo de vida de unos primitivos salvajes que molestan porque no van con los tiempos que corren. Eso sí que nos afectaría a todos, ¿no?

domingo, 15 de agosto de 2010

Sucesos de verano raro.

Yo solo lo ví a las dos de la madrugada cuando me iba a acostar. Dos ambulancias y un coche patrulla de la policía nacional y gente en la piscina…si no se van rápido es que pasó algo más grave. Abrí la terraza y me asomé. Había un cuerpo envuelto en una sábana blanca cerca de la orilla. Gente en el muro alto del paseo mirando y otros más próximos sentados a unos pocos metros sin asimilar lo que pasaba.
¿Qué había ocurrido? ¿Quién sería el muerto? ¿Hombre, mujer, joven, mayor…? Rondando la medianoche había un grupo bañándose, pero como no eran escandalosos ni daban gritos de los que rompen la noche y no sabes si en verdad hay alguien en apuros o es puro afán de llamar la atención a costa del descanso de los vecinos, no me percaté de la ausencia de chapoteos y risas, adormilada entre fotogramas de telenovela.


¿Cuánto me picará la curiosidad para quedarme de espectadora? Volví a escudriñar la escena entre sombras. Desde la terraza se veía todo a la distancia en que apenas te toca las emociones tras la primera impresión. Es anónimo, permaneces alejado como cuando ves los cuerpos alejándose hacia la orilla de la muerte en el Ganges…Eso al menos es lo que dicen, que lo ves tan natural que no te afecta…lo veremos si las lluvias lo permiten y Dios quiere, pero algo sucede que te saca de este pensamiento y descubres que una emoción te rompe el esquema. Un hombre se acerca al cuerpo yacente y lo rodea con sus brazos, cabizbajo. Intuyo que puede tratarse de una mujer. La policía mira, se mira y sigue apuntando bajo la luz de una linterna. El personal sanitario poco puede hacer ya. Todos esperan la llegada del juez, secretarios y forenses para el levantamiento del cadáver. Decido irme a dormir. El verano está resultando bastante atípico, raro, muy raro. Le rezo un par de misterios al alma aturdida.

“La vida es maravillosa” reza un póster que me regaló una amiguita que hoy sigue siendo amiga. Lejos de darle puerta, lo conservo bien a la vista como recordatorio ante el drama de la vida. Y si no a los hechos me remito:

Una familia decide meter la cena en una cesta y bajar a la piscina a pasar la velada refrescándose tras un día de trabajo y calor asfixiante. Lo están pasando tan ricamente cuando uno de ellos – una mujer de 50 y tantos- sale del agua y empieza a vomitar…

No entraré en la angustia, el dolor, la impotencia, el desasosiego y el aturdimiento que se suceden, porque entre otras cosas, solo cada uno puede sentirlo. La madre, la hija, el marido, las primas de la fallecida en unos minutos pasaron de ser una familia contenta que disfrutaba un ratito del día, al drama de una pérdida…

Unos días antes, otra familia pasaba por un accidente en otra piscina, sin muerte, pero de momento en coma. Un niño en el agua ve cómo su padre se tira de cabeza y jugando con él empieza a angustiarse cuando no sube a la superficie…Angustia, llantos y, en este caso, esperanza…

Hoy he conseguido leer un libro que llevaba mucho tiempo esperando su turno y, como suele pasar, era su momento. “Sonrisas de Bombay”, de Jaume Sanllorente, cuenta la historia de cómo un joven periodista llegó casualmente a La India y ya no pudo abandonar a unos niños huérfanos que vivían en un orfanato a punto de cerrar por falta de medios. Una de las frases que me han encantado y que me ayuda a digerir tanta barbarie humana, tanto dolor y tanta pena, es la que –más o menos- dice el autor, que generó una fábrica de reciclaje en su interior, para transformar todos esos sentimientos de odio, rabia, dolor y pena en energía y fuerza para seguir adelante con su proyecto. Compren el libro, entren en la web www.sonrisasdebombay.org/...
Seguiremos profundizando…

domingo, 1 de agosto de 2010

Ciclo de Cine Canario en el Instituto Cervantes de Sidney.

"Oscar. Una pasíón surrealista", de Lucas Fernández -entrevistado en la entrada anterior- será uno de los largometrajes que se proyectarán en el Instituto Cervantes de Sidney, dentro del ciclo dedicado a cortos, documentales y largometrajes producidos en las Islas Canarias, España. Estas obras cinematográficas, realizadas en los últimos años, ofrecerán una inusual mirada a la cultura y el paisaje de las "Islas Afortunadas".



Teno. Tenerife.
Foto:Mª Padrón

Programa:

CORTOS 2007-2008
"Gallos" de David Pantaleón
"El perdedor" de Julio García
"Cause and Effect" de Jaime Falero
"Nuestro propio cielo" de Roberto Pérez Toledo
"Emperrado" de Patrick Bencomo
"Las Gafas" de Alberto García Martín
"Última Toma" de Domingo de Luis.

CORTOS 2008-2009
"Ante tus ojos" de Aarón J Melián
"El contratiempo" de David Cánovas
"Ona" de Pau Camarasa
"Sueño fronterizo" de David Delgado San Ginés
"Di me que yo" de Mateo Gil
"Negritud" de Patrick Bencomo
"Algo que aprender" de María Eugenia Arteaga.

DOCUMENTALES
"Cuadernos de contabilidad" de Juan Millares Alonso
"Teno, Hombre y Naturaleza" de Pedro Felipe Acosta.
LARGOMETRAJES
“Oscar: una pasión surrealista” de Lucas Fernández
“El amor se mueve” de Mercedes Afonso Padrón
“La hora fría” de Elio Qiroga
“Guarapo” de Santiago Ríos y Teodoro Ríos

Oscar, una pasión surrealista. De Lucas Fernández

Los colores del destino. Por María Padrón.

Se saltó todos los manuales de cómo hacer una película. No pasó por realizar un corto antes de atreverse con un gran formato. Simplemente no siente esa necesidad. Lucas Fernández es novel en la dirección de largometrajes, pero no en el mundo audiovisual. Está muy contento de haber hecho realidad un sueño de estudiante de cine becado en el Barnard Collage de Nueva York: dirigir una película antes de cumplir los 40 años. “Oscar. Una pasión surrealista”.
Cueva de guanches. Oscar Domínguez.
En el Museo Reina Sofía.
Y además, funciona muy bien. Al margen de las críticas que intentan ridiculizar este trabajo de alto presupuesto -seis millones de euros- y gran despliegue en medios y localizaciones (Praga, París, Madrid, Sofía, Tenerife) “Oscar…” está teniendo muy buen resultado en las salas donde se proyecta. Se presentó en la Berlinale, fuera de concurso, donde tuvo una buena acogida. En septiembre estará en el Festival Internacional de París; en octubre en el Latinfestival de Los Angeles y un poco más tarde en el Festival de Cine histórico de Italia. Eso sí, como nos dice su director, “es una película que no deja indiferente. O te encanta o la detestas”. Confiesa que mientras escribía el guión y desarrollaba la idea no se planteó nunca “que tuviera gustar a los críticos. Es una película para gente sensible y tan importante es la opinión de un taxista, como la de una señora en el supermercado o un ejecutivo”. Tenía muy claro que “quería contar una historia, la historia de un hombre que salió un día de su pueblo isleño, Tacoronte, en Tenerife, para cumplir los deseos de su padre de hacerse un hombre en el París de principios del siglo XX”. Es la historia de Oscar Domínguez, un autodidacta, pintor surrealista y maldito, inventor de lo que se conoce como decalcomanía. Amigo de Picasso y André Bretón, coetáneo de Miró, Dalí y Man Ray, este loco aquejado de acromegalia -la enfermedad del hombre elefante- que decía continuamente “yo no soy francés, soy surrealista”, es el gran olvidado de esa élite -que rompía moldes y todo lo que se les ponía por delante-, consecuencia de la ruptura con sus correligionarios para salir en defensa de su amigo Paul Éluard durante la II Guerra mundial.
Lucas Fernández descubrió a Oscar Domínguez, como muchos, “de manera accidental, en una conferencia del profesor Fernando Castro, en un ciclo sobre vanguardia surrealista a principios del siglo XX”. Le pareció fascinante, le picó la curiosidad y se lanzó a la búsqueda descubriendo una vida tan caótica como rica en su mundo interior. Descubrió “cómo el arte puede ser un vehículo paliativo del dolor” y decidió plasmarlo en la gran pantalla. “Seguí los consejos de mi padre, para tener éxito hay que rodearse de los mejores.  Empezando por los actores, el equipo técnico y la distribución. Toqué muchas puertas”. Todo está muy elaborado. “La paleta de colores, que en posproducción pasaron por la colorimetría digital, está muy definida. Disfruté mucho componiendo la imagen jugando con un cuadro que aparece y desaparece, enlazando las dos historias paralelas que narran la vida del artista en París y la de Ana, en el Madrid actual, una abogada a quien se le diagnostica una terrible enfermedad que le lleva a volcarse en la búsqueda de un misterioso cuadro que, según los expertos, fue la última obra creación del pintor antes de suicidarse”. “Nada es lo que parece ser. ¿Quién es quién? Hay que esperar hasta el último minuto, para descubrir que ninguno de los personajes es simplemente lo que aparentaba ser”.
Victoria Abril interpreta a Ana, que encuentra en la figura de Oscar Domínguez el motor para dar sentido a una existencia que considera vacía. Cuando descubre que le queda poco tiempo de vida surge la inesperada posibilidad de devolver al mundo una obra inédita del genio surrealista, de cuya existencia tiene conocimiento tras la irrupción en su casa de dos expertos del Instituto Oscar Domínguez de Arte Contemporáneo de Tenerife, interpretados por Tony Cantó y Caco Senante. Emma Suárez en el papel de Eva, la amiga y vecina de Ana, ayudará a ésta en la búsqueda del preciado lienzo, convenciéndola incluso de viajar a  Tenerife para buscarlo en la casa familiar, cerrada desde hace años. Es en la isla donde Eva muestra el lado oscuro desvelado por Román, el novio macarra de Ana (el Jorge Perugorría más impulsivo), que no se fía de ella.  

Masca. Tenerife
Foto: Mª Padrón
 En lo alto de un risco, rodeadas de precipicios, tiene lugar “el famoso beso que ha dado la vuelta al mundo, con más de 20.000 descargas en youtube. No se sabe si Eva es bisexual o lesbiana. Hay que buscar un aliciente, abierto a la imaginación del espectador”. Y la escena tiene anécdota: “al rodar el beso, improvisé el lugar y les propuse subir a lo alto de un saliente solo ellas dos, yo con una steadycam y el equipo de sonido. Rodamos la secuencia en un primer ensayo de movimiento y un ensayo rodado para ver metraje y cómo salía, y al terminar dije: ¡lo tengo! Era una toma muy natural, la más creíble. No necesitaron dobles, a pesar de lo peligroso del terreno. Se quedaron sentadas junto a un walki-talking hasta que los demás miembros del equipo nos instalamos en otra cumbre, bastante alejada, para realizar la toma. ¿Descubrió Ana que una relación con una mujer compensó su vida? Que cada uno llegue a sus propias conclusiones”. Lo que sí pueda claro es que tanto la actitud de Eva como la de su amigo estadounidense, el marchante de arte (Jack Taylor), no es del todo desinteresada.

“La música colorea perfectamente la película. Cada pieza tiene por título una obra del pintor, encarnados en Joaquín de Almeida, y en su hijo Lourenço, como Oscar niño”. La decisión de contar con Joaquín de Almeida para el papel protagonista de Oscar, fue, entre sus talentos, el extraordinario parecido con el artista. Sorprendentes son también los parecidos físicos de sus dos esposas: Paola Bontempi como Roma, el gran amor de Oscar Domínguez, pianista de origen polaco que acompañó al artista durante su vida bohemia sufriendo contínuas infidelidades y que murió fusilada en París -por ser judía y anarquista- tras la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Y Yanely Hernández como Maud Bonneaud, quien conoció a Oscar Domínguez a través de Pablo Picasso y años más tarde, se casaría con el pintor para abandonarlo harta de sus infidelidades por su mejor amigo Eduardo Westerdahl (Vicente Ayala).

En definitiva, por delante, noventa y siete minutos en 35 mm de luz y color con todos sus matices, “salvo los grises”. Detrás, un gran equipo -que produce Report Line Producciones(España),Destiny Films (Francia), Media Turner Productions (EEUU) y TVE (España)- de fotografía (Rafael Bolaños), sonido (Julio Recuero, Bela Da Costa y Jaime Fernández), maquillaje(Ana Lozano), peluquería (Manolo García), vestuario (Tatiana Hernández), producción (Marta Miró), realización-montaje(Eddy Cardellach), Dirección de arte (Carlos Bodelón), desarrollo del proyecto (Daniel Fumero), Coguionista (Eduardo del Llano), música (Diego Navarro y la canción original “Necesito amor” (de Victoria Abril).

Desde arriba, los planos cenitales muestran, cual descendimiento, el dolor que surge desde lo más profundo de la desesperación humana… en rojo intenso como la sangre en la bañera, en verde hierba en el parque o más intenso en las paredes de la casa que se funden con los lienzos surrealistas en una búsqueda loca, quizás de la esperanza.

Vídeo encontrado en youtube.Gracias,elexhumador.

Entrevista//Publicada en  ZERO nº 106/ 2008                .
Una de las aportaciones de Oscar
Domínguez al surrealismo
fue la teoría de la petrificación
del tiempo, a través de la cual
empieza a introducir en sus
composiciones formas cristalizadas
y estructuras de redes
angulosas. Hay petrificaciones
de ese estilo en los cuadros de
René Magritte. Sin embargo,
su aportación más importante
al surrealismo fue la invención
de la decalcomanía, técnica en
la que el automatismo psíquico
tenía un protagonismo absoluto.
Consiste en introducir gouache
negro líquido (especie de témpera)
entre dos hojas de papel
presionándolas de un modo no
controlado. Esta técnica adoptada
rápidamente por los surrealistas
influyó posteriormente
en la pintura expresionista
abstracta.
En los últimos años el realizador canario ha sido responsable de proyectos de ficción para la compañía
norteamericana Walley Global Inc. (Miami), especializada en la producción de tv-movies para el mercado
anglosajón, así como del desarrollo de coproducciones internacionales de fi cción como asesor de la cadena
de televisión norteamericana Univisión. Actualmente, Lucas Fernández está trabajando en un guión de encargo de Media-turner Productions (Los Angeles) sobre Leonardo Da Vinci, tratando de descubrir el
lado más humano de uno de los hombres que han cambiado la historia, un hombre sexualmente controvertido que no estaba bien visto y al que se ha envuelto en su faceta mística.
Victoria Abril supo que
Lucas Fernández la quería en
su película leyendo una entrevista
en el periódico. Se interesó por
el guión. Lucas Fernández se lo
entregó en Málaga, cuando rodaba
“El camino de los ingleses”, de
Antonio Banderas. Emma Suárez
y Victoria Abril fueron presentadas
por el director de “Oscar. Una pasión
surrealista”. Sentadas junto a
un walki talking, esperaron la señal
desde el otro lado del barranco
para rodar la secuencia del beso,
que ha dado la vuelta al mundo.
Victoria Abril ha contribuido, además,
con fotografías de su infancia
y la canción original “Necesito
amor” que suena durante los títulos
de créditos finales, al tiempo que
se proyectan las únicas imágenes
existentes del pintor surrealista,
rodadas por el realizador francés
Alain Resnais en 1947.