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domingo, 23 de mayo de 2010

KISS




¡¡¡Espectacular!!! Sencillamente espectacular. Un conciertazo directo al público, con afán de consentirlo y darle lo que iba buscando…Unos tipos geniales, divertidos, provocadores y con ganas de pasárselo bien y hacérselo pasar mejor a los allí presentes. La música genial y la puesta en escena era un infierno con llamaradas y fogonazos incluidos. Plataformas que subían entre humos para volver a bajar…Volaron sobre el escenario, Gene Simmons elevándose con su bajo como un vampiro huyendo en la noche transfigurado y sangrienta su boca abierta mostrando su extraordinaria lengua, como un mahorí en un ritual de guerra – maquillaje y peinado lo sugerían- …volaron sobre el público desde el escenario a otra plataforma central…el batería Eric Singer cumplía años y le cantamos el Happy birthday con tarta y todo (aunque él pasó de soplar las velas y Paul Stanley, guitarra y voz –un showman maravilloso, por cierto – pidió un deseo por él). Sus maquillajes en negro sobre fondo blanco, la vestimenta negra y plateada con botas de plataforma que solo de verlas me dan vértigo, jajaja, y la cercanía, como si de toda la vida, posando para las miles de cámaras que registraban el fantástico momento… El Paul preguntaba, supongo que con doble sentido, si estábamos contentos con lo que estábamos recibiendo, nos ponía a cantar con tanto ahínco que hasta yo que no tenía ni idea me vi berreando feliz algún estribillo. Ooohhh, qué descargue! Fue genial, sonrisa permanente, risas con los golpes de humor tipo “hay bandas que cantan y luchan por la paz en el mundo, por que no haya guerras, por las ballenas, por el hambre…es fantástico, pero esta noche no vamos a arreglar el mundo, tonight we’ll have just rock and roll” uuaauuu, sí señor, ya está bien de que vayas a distraerte un rato viendo un espectáculo y te metan el mensaje político de turno. ´ldkfjgñdlkgfñ, no lo soporto, así es que estos tíos me cayeron mejor todavía, jajaja…  

Veo que en España estarán con su gira Sonic Boom en Madrid, Barcelona y Vitoria los días 22, 24 y 25 de junio, respectivamente. Espero no haberles desgranado demasiado lo que se puedan encontrar, pero siempre hay sorpresas. Como me pidieron crónica detallada, jajaja, me entusiasmé. Me resulta difícil escoger los videos, porque cada uno tiene su peculiaridad; pero ahí van un par como muestra de lo acontecido el pasado 12 de mayo en el Wembley Arena de Londres, para los rockeros o para los simplemente curiosos. Que lo disfruten.


oooohh, no me dejan colgar videos, I'm so sorry, guys...


Pues sí que parece que lo conseguíiiiiiiiiiii yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuu, claro que no voy a decir lo que he tardado en averiguar cómo subir un video en you tube y conseguir colgarlo,jajajajaja, bueno, no se me quejen que bastante hago ya, jajaja
Y después de esta muestrita, vayan al concierto...Kiss

domingo, 16 de mayo de 2010

Aida en el Covent Garden

La verdad es que menos mal que no es habitual que el espectáculo escogido no sea la mejor elección. Pero a veces pasa y a punto de entrar en el concierto de Kiss en el Wembley arena, espero que no me lleven los "jovencitos roqueros" la contraria., con lo de que no es habitual, me refiero.
El caso es que el fin de semana estuvo la agenda algo apretada y tocó ver Aida (no la serie de tv, por cierto) sino la famosísima ópera de Verdi.

Bueno, a ver cómo lo digo sin que me pase como con Julie Andrews - que yo tranquilita, aunque sobrecogida por la emoción inicial, me fui poniendo triste viendo a la gente como rios de lava abandonando la sala y "te daban ganas de decirles que se quedaran, que era Julie Andrews", como decía una joven en el metro mientras se comentaba el musical entre desconocidos que compartían sus emociones. Yo esperaba más bien poco o nada, aunque al parecer di la impresión de quererla escuchar haciendo gorgoritos y nada más lejos de la realidad -.

En fin, que centrándome en Aida diré que no figura entre mis preferidas. Los cantantes estuvieron muy bien. Tanto los solistas como los coros. Pero la escenografía era tan deprimente que ni las más bellas notas de la partitura te transportaban al antiguo Egipto. Parece ser que el director David McVicar dijo que no quería ni una sola pirámide en el escenario. No sé si por economía o por concepto intelectual, pero si era por ahorrar, ahorraron hasta en vestuario: en cueros bailó el cuerpo de baile en un ritual de sacrificio tan eficaz que todavía tengo la imágenes frescas como la sangre (aunque fuera de mentiritas) de cuando los abrían en canal colgados por las muñecas de unas cuerdas de equilibristas que al ir apareciendo en el escenario parecía fueran a hacer algún número circense. ¿No es que hacían trepanaciones para curar? ...no recuerdo esta faceta a lo Moctezuma de los egipcios.
Las dulces notas tan manidas en los ballets de fin de curso de las escuelas de ballet, perdieron de golpe y porrazo su candidez de tutús y zapatillas rosas para lanzarnos al infierno con sus danzas animalísticas y eróticas, según la intención de la premiada coreografa Fin Walker...Bueno, hay gusto pa' todo, pero que era feo, era feo. Otra cosa es que consiguieran incomodar y retratar el lado oscuro y macabro de la guerra. Pero a mi me gustan las cosas bonitas, armoniosas, bellas, porque de mal gusto ya vamos sobrados en estos tiempos. Luego vuelves a valorar el ingenio de un panel con unos tubos de neón que hacían las veces de rayos solares, pero es que los guerreros egipcios vestidos como romanos, que además blandían espadas tipo katana (leí que un profesor de artes marciales -David Greeves- les había  dado clases) aumentaba mi desconcierto. ¿Pero había llegado ya la cultura japonesa al antiguo Egipto? Perdonen mi supina ignorancia, pero entre que en lugar de la luz dorada del desierto todo eran tinieblas sanguinolentas, la catanas en lugar de serpientes y los platillos y las trompetas de la orquesta armando tremendo escándalo con la marcha triunfal chum-chum-chum terminé la primera parte - compuesta por los actos I y II- loquita de la cabeza y bastante enfadada. Luego el aburrimiento fue tal que casi me copio de la vecina de asiento echándome unas cabezaditas. Me la pasé resituándome en el Covent Garden y evitando teletransportarme a los teatros de Berlin donde -al menos al poco de la caída del muro - podías encontrarte cualquier cosa. Pero era Berlin...sí, vale, ya sé, haz lo mismo ahora, vale, pero en Berlín entraba en los teatros por 8 euros y aquí, me temo, la entradita sale un poquito más. Y si quiero cosas bonitas, me quedo con las voces, a Dios gracias. Los papeles no son fáciles, muchos agudos y algunos en un susurro. Como capitán de la guardia Ramades, Marcelo Álvarez, con una voz muy agradable de bello timbre. Aida, la esclava etíope, Micaela Carosi. RAmsis, el sumo sacerdote, Giacomo Prestia. Amneris, la hija del faraón, Marianne Cornetti. Robert Llod como faraón. Y Amonastro, rey de Etiopía y padre de Aida, Marco Vratogna. Como ya dije, junto a los coros, estupendos.

lunes, 10 de mayo de 2010

Julie Andrews y The Gift of Music

Nunca pensé en la posibilidad de ver a Julie Andrews en persona. Al comprar la entrada para The Gift of Music, no contaba con que cantase todo el tiempo, ni con la voz que tenemos registrada en lo más profundo de nuestro cerebro, tras toda una vida de Mary Poppins y Frau María (Sonrisas y lágrimas o The sound of music), de supercalifragilisticoespialidoso y Do- re- mi...Pero tampoco esperaba que se pasaría dos horas sentada en un taburete como maestra de ceremonias o hada madrina, según el caso, sin cantar más que el do-re-mi y Edelweis arropada por la fantástica Royal Philharmonic Orchestra y 5 cantantes que ponían la voz que ella ya no tiene por culpa de una operación en las cuerdas vocales años atrás. Fue una pena. Quizás hubo incluso enfado en algunos momentos, sobre todo en la segunda parte, en que parecía que nos hubiesen engañado convocándonos para presentar el cuento que la artista ha escrito con su hija y que fue narrando con su elegancia particular.

El público había estallado en ovaciones, fervoroso hasta ponerse en pie nada más salir a escena, sin que siquiera hubiese emitido sonido alguno, simplemente porque era ella, Julie Andrews, que con su sola presencia hacía aflorar las emociones guardadas desde nuestra más tierna infancia entre hipidos y lágrimas difíciles de contener. La artista agradeció el recibimiento aclarando que ya no podía cantar como la jovencita que se proyectaba en la pantalla mientras repasaba su historia y las anécdotas de cuando empezaba en esto del mundo del espectáculo. Y afirmó que, a pesar de su voz a lo "old man river" demostraría el poder de la música. Los minutos pasaban y no cantaba...quizás en la siguiente...Al menor amago, se oían los aplausos animándola a seguir. Mary Poppins no aparecía, de hecho nunca apareció ni con su poco de azúcar, ni con supercalifragilistico, ni con los dos céntimos de hilo y papel con los que unas alas puedes tejer para ver en el cielo la cometa volar. Volaron los sueños de haber compartido con la niñera parte de las canciones de siempre. No supo ver que los 20.000 admiradores del O2 tan solo querían escucharla entonar unos pocos compases. Se hubiese evitado la decepción. Decepción y tristeza. Una pena.

sábado, 1 de mayo de 2010

Exposición Universal de Shanghai y la otra cara de la medalla.

Hoy se inaugura la exposición universal en Shanghai. Según las cifras que escuché ayer en la radio, 50.000 personas han pasado ya por el  pabellón español. Un éxito a puertas cerradas que augura otro mayor cuando las puertas de mimbre se abran al público. Expectación, satisfacción y responsabilidad para mantener la atención de moda en un país en el que están puestas todas la miradas. ¿O no se han dado cuenta de que todo el mundo habla de China? España está entre sedas en el país de la seda. Nos copiaron el jamón serrano, las instalaciones deportivas y tantas otras cosas más porque son las mejores del mundo y ellos quieren ser "number one". Yo estos días ando, o floto mejor, de nube en nube, entre el día a día y lo novedoso que pronto se hará cotidiano, así es que los dejo con un reportaje publicado en noviembre de 2007 en Zero con motivo de Beijing 2008...

LA OTRA CARA DE LA MEDALLA

Por María Padrón

A las puertas de un nuevo año olímpico, la gran potencia asiática y mundial se prepara para recibir a los millares de personas que viajarán a presenciar las Olimpiadas en su capital, Pekín (Beijing), y que aprovecharán para conocer siquiera una parte del país. Pero…¿qué pasará con los millares de chinos que malviven entre tanta riqueza y progreso?

A través de las ventanas del autobús que nos recogió en el aeropuerto, la capital de China se mostraba tal y como la retrataba la película que unos días antes había visto en un cine de Madrid. ¡Era increíble! ¡Como si hubiese saltado a la pantalla o la butaca de la sala se hubiese trasladado a otra dimensión! Allí estaban las bicicletas con sus ciclistas pedaleando en masa. “Las bicicletas de Pekín”, uno de los símbolos de la ciudad, artículo de lujo antes de la apertura, elemento de primera necesidad para la mayoría de los pekineses que las usan bien para desplazarse de un lugar a otro, bien para trabajar. Cargadas con mercancías de lo más inverosímiles, cajas, bolsas, grano, hierba, cereal o una nevera, se abren paso a golpe de pedal por las abarrotadas calles. Pero no solo estaban las bicicletas, también esos suburbios de chabolas y casuchas de latón y madera, más o menos resistentes al tiempo y los fenómenos atmosféricos; barrios oscuros y pobres… Toda la escena rodaba a la derecha de la calzada que seguía el autobús entrando en la gran ciudad. A la izquierda, otro mundo. El progreso, el cristal y el acero de los inmensos edificios que quieren tocar el techo llenándose de luz. Espejos del esplendor decadente de siglos pasados, delicadas sedas, exquisito té, porcelana finísima, tibores, jarrones, cajitas, joyas, cloissoners, jades, encandilan al extranjero. Manufacturas exquisitas, trabajo de chinos. No es una frase hecha. Realmente, no todos los pueblos tienen la capacidad del gran pueblo chino para soportar las explotaciones personales en las fábricas, las condiciones infrahumanas en las que realizan su trabajo, las horas y lo mal pagados que están. No es algo que uno imagine. Se ve, lo enseñan.

Damos un pequeño paseo por las instalaciones de una fábrica de edredones y telas de seda., en Suzhou. Una gran sala. Woks muy grandes, en soporte de aspecto más bien endeble, con agua hirviendo y capullos de seda flotando. -Por la impermeabilidad con que los gusanos construyen la envoltura que los protegerá durante su metamorfosis, solo con el agua a gran temperatura se consigue deshacer el ovillo-. Delante de cada caldero una persona introduce continuamente las manos escaldadas, desnudas, rojas, sin sensibilidad, para ir desenmarañando los hilos de seda del capullo mientras se enrollan lentamente en el huso que pende del tenderete arcaico. Los rostros resignados y sufridos dan paso a otra sala donde se tejen las costosas telas que multiplicarán el precio en el mercado exterior. La fase final de fabricación de edredones resulta más cómica, ya que los trabajadores se dedican a dar, literalmente, una paliza a los embrollos de seda que se meterán en una funda para ser vendidos al módico precio de unos 60 euros para cama grande. Chocante es el desfile de prendas sedosas que precede a la compra.

Llama mucho la atención la paciencia infinita con la que crean una pieza de exquisita porcelana fina o los distintos productos de cloissener. Los talleres parecen transportarnos en el tiempo entre polvo, hornos, materiales y mobiliario de siglos pasados. Aquellas escenas de las novelas de Peral.S.Buch en las que, desesperados por la hambruna, una sopa consistía en meter una piedra en una marmita con agua hirviendo. Se nos invita a descubrir el proceso de creación. Estupendo, una oportunidad única para conocer el misterio del cloisoner, que consiste en rellenar de esmalte el dibujo que se ha hecho con unos finísimos alambres de cobre que previamente se han soldado a una base, ya sea un jarrón o un pendiente o un bolígrafo, para lo que es necesario un pulso y una precisión extraordinarios. Pero otra vez las condiciones en las que el artesano laborioso trabaja, deja huella… Después la pieza pasará al interior de un horno de altas temperaturas. A gran temperatura se tuestan también las hojas de té. En el bonito paisaje de Hangzhou, junto al lago, crecen los arbustos cuyas hojas color esmeralda se recogen tiernas para posteriores manipulaciones. -En función del tipo de té que quiera obtenerse (verde, negro, etc), será el tueste, la oxidación, el corte de las hojas-. Esta vez sin agua en el wok candente, unas manos callosas marean con buen oficio las hojas de té para que pierdan la humedad y puedan enrollase con facilidad guardando en su interior todo el sabor y virtudes de la milenaria planta. En demasiadas ocasiones único sustento alimenticio. Aún hoy, la miseria parece comerse hasta las paredes de los habitáculos en las traseras de los grandes y lujosos hoteles de ciudades como Shanghai. Mirando al futuro de su importante puerto da la espalda a la gran cloaca en la que se ha convertido el canal imperial, donde un anciano acuclillado se lava en el escalón de su casa, mientras una niñita estudia sentada a una mesita que ocupa la terraza colgante entre tiestos con plantas, plagada de mosquitos y humedad. Una vecina lava la ropa en el agua sucia que corre por el canal. Un ruido ensordecedor nos hace girar la cabeza, una esclusa se abre…

Fuera de los circuitos turísticos, en la trastienda del gran escaparate chino, la vida parece haberse quedado atrapada en otro espacio-tiempo donde el progreso no llega y los piojos, las chinches y las ratas no corren peligro de extinción.