Translate

sábado, 5 de junio de 2010

Ballet Nacional de España en el London Coliseum

Quizás fue el exceso de entusiasmo. Con el recuerdo del espectáculo de marzo del año pasado en Madrid, con los pelos de punta y un escalofrío permanente recorriendo el cuerpo de arriba abajo y de abajo a arriba al son de las castañuelas del cuerpo de baile, tacatacatacatacataatatatatca y los brazos sube y baja en perfecta y grácil armonía siguiendo a los pies en paso de vals, media luna y giro y giro y giro, cabeza y sonrisa, cabeza y sonrisa, arriba y abajo, y uno y dos y otra vez el escalofrío…; con las ganas de volver a disfrutarlo y la expectación ante la participación de Tamara Rojo como invitada especial, la ilusión se fue apagando al pasar los minutos y una hora y dos…

Yo no sé si es que después de ver las coreografías más recientes el gusto se refina o se vuelve exigente o se acostumbra al cambio, a la evolución. No sé si es culpa de la luz del escenario negro, que no conseguí vibrar con los colores de Sorolla que Rojas y Rodríguez quisieron imaginar en el año 2007, porque la única luz era la de las batas blancas de ellas…no sé por qué tuvieron que calzar a Tamara con unos zapatitos azules como de Blancanieves en lugar de dejarle sus zapatillas y hacerla bailar algo de la escuela bolera, más clásico pero de carácter, porque la luna de José Antonio no era luna llena como es habitual en la bailarina, y no porque estuviera mal, para nada, pero acostumbrados a verla completamente entregada a sus personajes, echamos de menos su soltura. Tan discreta pasó por el escenario que al terminar la función, una señora en la calle me preguntó: ¿quién era la bailarina invitada?…Como ven, no sé nada…solo que tuve la sensación de que en época de vacas flacas, tiraron de refritos para salir del paso con un espectáculo probablemente comprometido con mucha anticipación. Estamos en Londres donde el público llena los teatros un día sí y otro también, y aunque a veces tenga el sentido de espectador de provincias, está acostumbrado a tener una amplia oferta de actividades culturales todos los días. Este espectáculo tan aburrido cuyas tres coreografías tienen sus añitos ( Dualia, Romance de Luna y La Leyenda)  no me parecen la mejor muestra de lo que se está haciendo en España. De lo que yo vi el año pasado en Madrid a lo que vi hace unos días en Londres hay unos cuantos años luz, como el sol y la luna, vamos.

Los días 12 y 13 de junio estará la compañía del Ballet Nacional de España en el Auditorio de Tenerife. Las coreografías son otras - tranquilas, chicas – y seguro que el repiqueteo de las castañuelas y el magnífico cuerpo de baile las levanta de las butacas reclamando bises y lanzando oles.

1 comentario:

  1. Este brillante relato de todos esos aconteceres del mundo de la danza, me han encantado, y deduzco que han sido obra de la "María Padrón" que yo también recuerdo con zapatillas de ballet, gran entusiasmo y pasión, y entrañables recuerdos llenos de satisfacción.....Una admiradora tuya, con cariño.
    Camino Allende

    ResponderEliminar