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sábado, 2 de enero de 2010

¿Y tú, de qué bosque eres? ¿De dónde vienes? ¿Cómo llegaste a mi casa?



Una silla, una mesa, los creyones de colores, el papel de la impresora, las estanterías…Lo que es madera y lo que no lo es. No comemos serrín de pino, ni virutas de roble, no nos exfoliamos la piel con palitos de teca, ni el chocolate es de resina de abedul. Sin embargo, con sencillos y manidos gestos cotidianos, contribuimos a la tala ilegal de bosques en grave peligro de extinción. ¡Menudo estrés!


“¿Cómo va a ser eso?”, se pregunta inocente un ciudadano consciente de la importancia de cuidar el medio ambiente. “Yo intento comprar el papel de la impresora reciclado, sin cloro, haciendo la vista gorda a ese tonito blanco roto y que tenga ese sello…,¿cómo se llama? FSC, um, FCS, bueno, ése que garantiza que no se han cargado ningún bosque, sea del número que sea, que está controlado el origen, que ha pasado seriamente por todas las aduanas de las fronteras estatales, revisando las cargas de los buques en los puertos de salida; me siento mal (de sentir), cada vez que me siento (de sentarme) a la mesa que compré hace 20 años y no tengo ni idea de dónde vino; la culpa me corroe cuando disfruto del sofá que me regalaron entusiasmados mis padres…¿y ahora me dicen que las papas fritas esas que están tan de moda, el queso fundido de los angelitos, algunos chocolates, cremas y hamburguesas, participan activamente en la deforestación de los bosques primarios?” “It’s too much”.

Vayamos desgranando. Piquemos la curiosidad del despistado que no se ha planteado nunca nada de lo que este pobre ciudadano acaba de contarle. Tratemos de hacerle sentir que la selva Amazónica, el bosque primario más grande del mundo, es el parque que tiene a la vuelta de la esquina y que algunos tratan de convertir en huerta de monocultivos, como está ocurriendo en Indonesia, por ejemplo, sin respetar los escasos e imprescindibles pulmones de nuestro maltratado planeta. Cuando no tenemos aire, abrimos más los ojos como para poder respirar por ellos. Abramos pues los ojos para poder seguir respirando. Es un gesto primario y vital. ¿Y por qué son vitales los bosques primarios? Greenpeace lo explica con detalle en su web:

“Los Bosques Primarios son naturales y se caracterizan por no haber sido transformados o alterados nunca por la actividad industrial. Su dinámica y evolución depende del régimen de perturbaciones naturales, con nula o escasa intervención humana y son lo suficientemente grandes como para garantizar la supervivencia de poblaciones viables de todos los seres vivos, incluidas especies migratorias. Dado que la intervención humana ha sido limitada, los Bosques Primarios son los únicos que aún se conservan en estado virgen. Por lo tanto, ningún otro tipo de bosque o plantación se acerca a la riqueza biológica o a la importancia ecológica de los Bosques Primarios”.

Sólo quedan siete, como siete eran los enanitos de Blancanieves. Siete grandes bosques cada uno con sus características particulares que viven amenazados por la explotación forestal o petrolífera, la minería, la construcción de embalses y carreteras, la expansión de la agricultura y la ganadería, cual bruja malvada tratando de aniquilar el planeta, que dormido espera la llegada del príncipe que lo devuelva a la vida. Y como siete es número mágico, y la esperanza es lo último que se pierde, quizá consiga un final feliz para los siete magníficos: El bosque tropical amazónico, la jungla del sudeste asiático, las selvas de África central, los bosques templados de Sudamérica, los bosques primarios de Norteamérica, los últimos bosques primarios europeos y los bosques de la Taiga siberiana.

El 80% de estos bosques vírgenes ya ha sido destruido o alterado. Cuando se tala un bosque primario ya no se recupera. Los siguientes son bosques secundarios y plantaciones que sustituyen a la cubierta vegetal. Éstos son mucho menos complejos en biodiversidad y más susceptibles al fuego, entre otras cosas. Necesitan protección a través de los organismos nacionales e internacionales, pero también la concienciación de todos los que habitamos el planeta, empezando por las grandes empresas que tienen en sus manos decidir si contribuyen o no a la conservación de estos espacios y detener la tala indiscriminada de árboles, para plantar en su lugar aquello que dé lo muy demandado actualmente en sus productos, el Aceite de Palma, que provoca más emisiones de efecto invernadero que el sector transportes y acabó con la vida de unos 1.600 orangutanes en 2006.

En Río de Janeiro, en junio de 1992, y en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, se asumió la importancia del papel que juegan los bosques en la conservación de los recursos genéticos de la humanidad, en el equilibrio climático y en el desarrollo sostenible. En dicha conferencia, también denominada Cumbre de la Tierra, muchos países, entre ellos los de la Unión Europea, firmaron textos con fuerza vinculante: Convenio de la Diversidad Biológica y el Convenio sobre el Cambio Climático, en los que se estableció la preservación de los bosques como objetivo primordial, por su función en la conservación y el mantenimiento de los recursos genéticos y su valor como sumidero de CO2, proceso indispensable para el equilibrio climático.

En la Sesión Especial de la Asamblea de Naciones Unidas que tuvo lugar en junio de 1997, en la que se revisó la aplicación de los Acuerdos de Río, se aprobó un texto que resume la preocupación de todos los países por el estado de los bosques: “La ordenación, la conservación y el desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques son fundamentales para el desarrollo económico y social, la protección del medio ambiente y los sistemas sustentadores de la vida en el planeta. Los bosques son parte integrante del desarrollo sostenible.” PEEERO, con frecuencia, como en la Amazonia, la falta de control del gobierno hace que se cometan muchas irregularidades, y que algunas empresas se asienten ilegalmente en terrenos con títulos de propiedad falsos. Hay un saqueo de tierras. Las condiciones de los trabajadores son de esclavitud. Las personas que llegan en busca de trabajo son engañadas y se les roba su documentación produciéndose casos de intimidación y de violencia.

Y aquí es donde podemos hacer algo los ciudadanos de a pie: la soja que llega a España a través de los piensos para la alimentación animal y en cadenas de comida rápida, es cultivada en zonas robadas a los bosques, y la gran mayoría del mobiliario urbano está realizado con maderas tropicales asociadas a la destrucción y violación de derechos humanos. Los bosques primarios del planeta son el hogar de 150 millones de personas. 20 millones viven en la Amazonia. El 80% de la madera producida en Amazonia Brasileña se explota ilegalmente. Por esto, se convierte en noticia que llegue a Galicia el primer cargamento de madera tropical brasileña “legal”. Greenpeace señala que seis empresas vinculadas con la tala ilegal son habituales proveedoras de madera tropical del mercado español y están asentadas en el estado brasileño de Pará, de donde procede más del 86% de la madera tropical importada por el sector madedero español y la Unión Europea. Indonesia es el principal país proveedor de productos papeleros al Estado Español, unas 30.000 tn anuales.
Busquemos productos con certificación forestal sostenible, el sello FSC.
Cuando la madera procede de un bosque bien gestionado y lleva un certificado forestal exigente como el FSC, la madera es sin duda el material más ecológico frente a otros cuyo proceso de fabricación y eliminación consume mucha energía y es contaminante.

Mientras cada año se pierde un área de bosque primario equivalente al tamaño de Grecia, más de 1.6 mil millones de personas dependen en diferente medida de los bosques. En Inglaterra buscan a Robin Hood, porque el bosque de Sherwood está en peligro de extinción con la mayor colección de robles antiguos de Europa (el más viejo datado de 1415). En Salamanca, Ecologistas en acción denuncia que el robledal de la Genestosa (catalogado como uno de los mejores en su género de toda la Unión Europea) sufre talas indiscriminadas y especulativas por parte de la administración. Como si estuviésemos en el corazón africano muertos de sed y de hambre y no nos quedase más salida que cortar los dos troncos leñosos que apenas quedan en Burkina Faso para poder alimentar a la familia aún sabiendo que condena al futuro... En 2004, la keniata Wangari Maathai recibió el Premio Nobel de la Paz por su proyecto “Movimiento del cinturón verde”, plantando 30 millones de árboles por todo el país y generando al menos 80.000 puestos de trabajo en los viveros.

En el siglo XlX, el pintor Théodore Rousseau abandonó París en 1847 para instalarse en Barbizon, nido de los Impresionistas. Inspirado, por los árboles del bosque de Fontainebleau, y abatido, por la tala que estaban sufriendo por la incipiente sociedad industrial, obtuvo por decreto imperial de Napoleón III en 1852-1853, la reserva artística del bosque de Fontainebleau para luchar contra la deforestación y una expansión abusiva del turismo, así como de la explotación con fines comerciales del bosque de los mosqueteros…
La aventura continúa.

Las finas telas de los pañuelos de encaje de la época de los espadachines han sido sustituidas por la pulpa de la madera y no sé si será por la presbicia, pero no se ve por ningún lado de la caja o del paquete de dónde procede el pañuelito de papel tan práctico, cómodo e higiénico por otro lado. La vista se cansa de leer cómo empresas sin ningún escrúpulo arrasan bosques enteros para obtener lo que se encuentra en el serrín.

Otra cosita importante, ¿cómo si están habla que te habla en Copenhague para reducir el impacto climático de la deforestación, los gobiernos europeos al mismo tiempo votan no endurecer la legislación contra el comercio de madera ilegal?

María Padrón
Fotografías de mi cámara: izq:Kaori en bosque Isla del Norte-Nueva Zelanda. /dcha:bosque de lengas en Usuahia, Argentina
Fuentes:
www.greenpeace.org
www.gobiernodecanarias.org
http://www.el/ blog verde
Burkina Faso-Rios de arena. En Portada. La 2. Emitido: 09/06/08

2 comentarios:

  1. Espero que escuches mis aplausos porque te los mereces. Interesantisimo y muy bien escrito. Chapó!

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  2. Me he llevado estos días una grata sorpresa en los supermercados de Londres: las cajas de Kleenex tienen bien a la vista el sello FSC. Sólo queda esperar que en España no lo dejen para el siglo próximo.

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