Estoy en mis maravillosas islas en donde no se puede dormir más que entre 3 y 4 horas desde hace dos semanas...las fiestas y el escándalo hasta las 4 o 5 de la madrugada y los ataques por limpiar de los servicios de limpieza del ayuntamiento a las 7’30h. con una expiradora de aire que hace tanto o más ruido que una motosierra lo impiden aún con el uso de tapones en los oídos... en fin, que ayer salió el sol y por fin un ratito de playa disfrutamos, la verdad, el agua está buena y los rayos quemando un poco el cuerpo y el refrescante zambullido posterior, le devuelven a uno la salud. A veintiséis de julio, la piel luce todavía su blanco porcelanoso y los músculos se resisten a tomar contacto con el agua marina para nadar durante los 20 minutos de media para mantenerlos a tono. Al fin y al cabo con los iones que sueltan las olas al romper en la roca ya va bien. Bueno, eso a alguno, porque otros están desde el amanecer de Dios saltando y gritando de gusto incluso bajo la lluvia veraniega que se ha impuesto como moda últimamente por estas latitudes, en la isla de la gran nube gris…Nueva Zelanda es llamada por los maoríes Aotearoa, “la tierra de la gran nuble blanca”
Costa norte de Tenerife, Islas Canarias |
No parece haber medida con este cambio de tiempo loco y majadero, recuerda a la pobre Amy tan perdida que ni se encuentran los motivos de su muerte, según dice la prensa, y tampoco importa una vez muerta. Que descanse en paz donde quiera que se encuentre y quizás allá se sosiegue junto a las almas que han perdido la vida terrenal en Noruega por culpa del siroco de otro humano trastornado probablemente por falta de sol y mar templado, desquiciado por el ruido de la ciudad y la civilización contaminante con sus excesos de todo, de tanto y por tanto, que no mira a su alrededor festejando la belleza de una flor o la brisa fresca o el arrullo de las aguas de un arroyo en medio de un desierto cada vez mayor y más extendido que mata a miles de personas de hambre y de sed, sobre todo en África, en ese cuerno hermoso, seco y mutilado por las guerras y la codicia de unos que obliga a huir a otros…http://www.survival.es/
El equilibrio…cuán vital y difícil de encontrar…pasamos la vida, al menos media vida, buscándolo cada cual por su camino y opinando y sintiendo el de los demás…Trastornos mentales, emocionales, físicos que nos gritan al oído sin dejarnos dormir como los de la motosierra mañanera o la verbena chumpchumpcum retumbando en las paredes del salón –como ahora mismito a las dos y media de la tarde- del dormitorio, de la cueva, del refugio invadido por las voces desquiciadas y borrachas y afónicas amenazando al prójimo que le birló una blackberry bajo el balcón a las 4 de la madrugada…
Los gastos de sanidad se recortarían drásticamente si se controlasen los niveles de contaminación acústica, lumínica y del aire. Todas contaminaciones distintas, pero igualmente nocivas. El chumpuchumpuchumpuchumpuuu durante doce horas más las únicas tres o cuatro de sueño, no solo provocan sequías y cambio climático, arrasan a diario con la vida de seres, humanos o no, que habitan el planeta, primero se atenta contra su derecho al descanso, a la calidad de vida, al trabajo y a la vida, simplemente por la falta de sueño y la desorientación ampliamente demostrado que provoca accidentes…después se complica acabando con matanzas sea en Noruega, el cuerno de África o el sur de Marruecos con un avión estrellado y otros setenta y tantos muertos…
Lucien Freud en su taller |
Desnudez, exilio, belleza, sufrimiento y pasión en la obra de Pablo Neruda interpretado, como él sabe y puede, por Plácido Domingo en la ópera de Daniel Catán “Il Postino” basada en la película de “El cartero de Neruda”…Cristina Gallardo- Domâs como Matilde y Daniel Montenegro como Mario Ruoppolo. Magníficos sobre el escenario del Téâtre du Châtelet en París…quedan en el recuerdo...
Il Postino, Tèâtre du Châtelet, París |
Tema: Vuelvo al mar
Yo vuelvo al mar
envuelto por el cielo
entre una y otra ola
establece
un suspenso peligroso
Muere la vida,
se aquieta la sangre
Hasta que rompe
el nuevo movimiento
Y resuena
la voz del infinito
Quiero estar en la muerte
con los pobres
que no tuvieron tiempo
de estudiarla,
mientras los apaleaban
los que tienen
el cielo dividido
y arreglado.
Tengo lista mi muerte,
como un traje
que me espera,
del color que amo,
de la extensión
que busqué inútilmente,
de la profundidad
que necesito.
Pablo Neruda
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