Entrevista con el
Profesor Sebastián Delgado, Catedrático de Ingeniería Química de la Facultad de Química de la Universidad de La Laguna.
La situación geográfica, las características específicas de las tierras volcánicas, hacen que la disponibilidad de recursos hídricos de las Islas Canarias sea muy inferior a la del territorio peninsular. Cada isla se organiza y se considera como una región hidrográfica. Cada una con sus peculiaridades y sus necesidades. Pero la explotación y distribución de las aguas subterráneas, así como los embalses y presas en los barrancos para aprovechar el agua de lluvia, no son suficientes recursos para una demanda cada vez mayor. La desalación del agua de mar y la depuración de las aguas residuales son presente y futuro.
Profesor Delgado, Canarias se ha convertido en un referente importante en cuestiones relacionadas con la depuración de aguas, tanto dentro de España como en otros países. Usted ha participado en la reutilización planificada de Tenerife, el proyecto que se ha presentado por primera vez en Grecia en el año 95, y también en la visión de reutilización de aguas en Canarias en general.
- Sí, es verdad. Desde que arrancó el proyecto de reutilización planificada de Tenerife, hemos participado en el seguimiento de las infraestructuras, incluso en estos momentos continuamos ligados a la empresa que lleva el tema, Balten, tanto en la analítica de seguimiento, como en el comportamiento de las infraestructuras. En este Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de La Laguna, tenemos un grupo de investigación que lleva como objetivo fundamental el tratamiento y la reutilización de aguas. Dentro de los tratamientos, estamos probando a nivel experimental los más avanzados que hay en el mundo en cuanto a las formas de regenerar con la máxima calidad las aguas residuales con vistas de reutilización a riesgo mínimo.
¿Qué calidad se obtiene en las aguas depuradas?
- En una depuradora convencional, las que existen actualmente y están en funcionamiento, las llamadas EDARS, se obtiene una calidad aceptable para el vertido dentro de las normas internacionales. Hay que añadirle un nuevo tratamiento, generalmente un terciario, que se le denomina así, para adaptar la calidad a las exigencias de la agricultura. Y digo que a la agricultura, porque es este el sector que demanda mayor cantidad de agua. No solo en Canarias, en el mundo. Más de la mitad del agua…
En canarias se depura hasta el 33 % de las aguas residuales, en la Península la comunidad autónoma que nos sigue está en el 12%. A la vista de los planes hidrológicos y las controversias que presentan, ¿están cambiando las necesidades? ¿Y las mentalidades?
- Creo que sí. El problema que tiene Canarias es la dispersión de la población. Depurar agua a partir de un número de habitantes en los núcleos urbanos es ya una exigencia europea. Ahora bien, hay que ser consciente de las dificultades que tiene la recolección de las aguas residuales en zonas dispersas para llevarlas a una depuradora a un coste asumible. Los grandes esfuerzos que se están realizando, creo, en este momento, por parte de la Administración, es la instalación de las redes de saneamiento, que recojan el máximo posible de las aguas residuales, depurarlas para que cumplan con las normativas actuales y poderlas reutilizar.
¿Se sigue investigando suficientemente para minimizar los costes y para introducir la utilización de energías renovables?
Creo que sí, y éste será el futuro. Tiene que pasar mucho tiempo, hay que ser conscientes de ello, pero creo que el futuro de las aguas en Canarias pasa por continuar con la desalación, o la desalinización como actualmente se le llama, del agua de mar y también de las aguas salobres para adaptarlas a la calidad exigible, tanto para agua potable como para riego agrícola, pero se está intensificando la reutilización de las aguas residuales una vez regeneradas. Las aplicaciones son muchas, pero será el sector agrícola el más beneficiado de este nuevo recurso, que junto con las aguas desaladas se le está denominando las “nuevas aguas”.
El conocimiento y la experiencia en la depuración de aguas han permitido reducir mucho, desde que empezaron en los años 60 a trabajar con las desalinizadoras, el coste de producción de un m3 de agua.
Efectivamente, eso es consecuencia del avance que se ha tenido en las tecnologías de desalación o desalinización. La ósmosis inversa es la tecnología ya convencional, pero va acompañada siempre de sistemas de recuperación energética. La energía que se perdía anteriormente en las salmueras ya se recupera y eso lleva consigo una disminución de costes que la hace muchísimo más asumible.
Existen proyectos de colaboración entre la universidad y la empresa privada al objeto de ofrecer los conocimientos para que se puedan aplicar, ¿qué proyectos interesantes tienen ahora entre manos?
Hemos tenido varias colaboraciones con la empresa privada y también con la empresa pública; con los consejos insulares estamos colaborando desde hace muchos años, con Balsas de Tenerife también hemos colaborado y con varias empresas privadas en el sector de aguas. Creo que se está ampliando el abanico de posibilidades, porque la empresa cada día es más consciente de las posibilidades que se tienen en la universidad y la universidad, se quiera o no, está saliendo de esa torre de cristal o de marfil que siempre se ha llamado, para acercarse a lo que se está demandando a la sociedad. Creo que se está llegando a un buen entendimiento entre los grupos de investigación universitarios y los docentes para divulgar los conocimientos que se van adquiriendo, darlos a conocer a la sociedad, y de forma especial a la industria y a las empresas asociadas y por tanto que se puedan explotar esos resultados. Creo que estamos en un buen camino en este momento, aunque todavía queda mucho por hacer.
¿Qué son los biorreactores de membrana?
Los biorreactores de membrana corresponden a la última tecnología que se está implantando a nivel mundial para obtener un agua de muy alta calidad a partir de aguas residuales, tanto industriales como urbanas. Consiste en un sistema de filtración especial, llamada ultrafiltración del que se separa los microorganismos que son los que depuran el agua del resto del agua, de tal forma que el agua final que se obtiene tiene una calidad muy parecida a la del agua potable. Esto significa, aparte de que las plantas son muchísimo más pequeñas no ocupan tanta superficie ni necesitan tanto volumen y los costes finales de obtención de agua, se están haciendo muy similares a las plantas actuales, pero con una calidad muy superior a las mismas. Esto es lo que se denomina tecnología emergente en la regeneración.
Masteres, congresos, están muy solicitados…
Masteres, congresos, cursos de especialización, intercambio de opiniones en necesidades de investigación, viabilidad técnica y económica de llevarlos a cabo, y por tanto, creo que la interrelación entre el sector universitario y el social es cada vez más alto.
Hemos colaborado con la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde tenemos especialistas en tratamientos de agua y también en desalinización, hemos tenido colaboraciones con Francia, hemos participado con grupos de Alemania y más o menos intentamos colaborar con el máximo posible de grupos especializados en el tema.
(Entrevistra publicada con audio en Puntoycoma, audiorevista para mejorar tu español, nº 19 julio-agosto 2009)