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domingo, 30 de septiembre de 2012

Sobre la prudencia

Hartos, inmóviles, maniatados, con miedo y sin esperanza. Así pasan los días, los meses, los años y el aire rancio de tanto ser respirado empieza a envenenarnos. Asfixiados, la tos nos golpea y hace que nuestros órganos reaccionen reactivando el flujo natural del aire inspirado- expirado, de la energía espiritual, sexual y cósmica…de la vida, en definitiva, que quiere ser vivida por decisiones propias y no ajenas, con sus buenos momentos y los no tanto, que hacen de cada uno un ser único e irremplazable. Un ser que busca vivir tranquilo, cumplir con obligaciones, disfrutar de sus derechos y mantener a distancia los 7 pecados capitales…pero siempre hay alguien, otro ser único que se confunde con otros de su misma calaña, que cede a la tentación, que se entretiene molestando, rumiando cómo amargarle la vida al otro…Es la condición humana y en cada uno hay de todo como en botica, pero como actores sobre el escenario, un papel representado, unas actitudes mostradas, no significan una forma de ser. ¿Cuántas veces no hemos pensado que alguien es tonto – de tontería- porque no saluda por la calle y luego nos enteramos de que no ve sin gafas? Condición humana…juzgamos con una facilidad y una frivolidad pasmosa, sacamos conclusiones sin tener todos los argumentos y nos posicionamos sin necesidad frente a una causa que no es ni mejor ni peor…Aferrados a una situación insostenible en lugar de aceptar que hay que dejarla caer para poder construir algo nuevo en su lugar, como una casa que se derrumba, podridos sus cimientos, cansada de tanto mantenimiento inútil…Tratemos de salvar lo salvable, lo que verdaderamente merece la pena. Como humanos tenemos las condiciones, las capacidades para descubrir lo bello, lo verdadero, lo esencial y preservarlo como un tesoro rescatándolo de las manos de los piratas, que solo le dan el valor material…

Circula la idea de la necesidad de posicionarse, de crear nuevas formas de pensar, nuevos partidos y las revueltas recorren el planeta como efecto dominó. Repetimos acciones, situaciones, aciertos y equivocaciones, pero algo tendremos que haber aprendido. Prudencia. Prudencia definida por los clásicos como el arte de obrar bien en cada caso…La prudencia como solución de cualquier conflicto…La capacidad de resolver un conflicto sin lucha es lo que distingue al prudente del ignorante, afirma Sun Tzu en “el arte de la guerra” ...Ganan los que saben cuándo luchar y cuándo no…Prudencia, mucha prudencia…

Playa del Socorro, Tenerife

viernes, 14 de septiembre de 2012

Santísimo Cristo de La Laguna


Foto: Santísimo Cristo de La Laguna, A.J.

Presencia poderosa, sereno de ánimos, confidente íntimo, crucificado bondadoso y compasivo, El Cristo de La Laguna es para los creyentes cristianos mucho más que una bellísima talla en madera. Incluso los no muy dados a esas cosas misteriosas del más allá, sienten en el acá más próximo su fuerza sustentadora en los momentos de dolor, de pérdida y desasosiego. Siempre está…sin tener en cuenta si le fallas, si te equivocas, si pierdes los papeles, si eliges el camino menos bueno…siempre está. Hace unos meses terminaron de limpiarle los miasmas acumulados durante 5 siglos de penas y lágrimas compartidas, de barnices que con la mejor voluntad le fueron untando para darle más brillo, asfixiando su esencia… La nobleza se compara en el lenguaje de los hombres como “de buena madera”, no se pica, no se pudre, en relación con los elementos que hay en su entorno. Pero debe cuidarse, como todo en la vida y en la muerte… dejarle respirar un aire más limpio. Restauradas las grietas, el mechón caído y sostenido por un alambre, por encima de opiniones sobre su menos tostado color, esta magna imagen piadosamente esculpida por Louis Der Vule hacia el 1514, pasea su luz por las calles laguneras, bajo un sol de justicia, engalanadas en su honor, brillando su humildad, su compasión y su paciencia sobre la plata pulida, más resplandeciente que nunca…¡Feliz dia!
Santísimo Cristo de La Laguna, foto de A.J.

viernes, 7 de septiembre de 2012

De Arabia y Alicia en el País de la maravillas

Solo le faltó ver la luna de color azul. Alicia llegó del país de la maravillas abrumada por las experiencias vividas durante su último viaje. Arabia. Historias de cuentos infantiles y no tan infantiles, de beduinos, camellos, arena, mar rojo, petróleo y la alternativa para cuando se les agote, “Alá quiera que en mucho tiempo”, el gas…Un país de tópicos que sigilosamente y sin muchos aspavientos va cambiando de dentro afuera, aunque aún no es común a luz pública, las mujeres que quieren estudian, se forman y trabajan. No están esperando a una ciudad para mujeres que dicen van a construir para que puedan desarrollar su parte profesional sin perturbar el mundo de los hombres. Hombres de blanco impoluto, planchados con almidón y adornados a gusto del particular con sus pañuelos blancos o blancos y rojos. Imagen de frescura que contrasta brutalmente con la abaya que obligatoriamente llevan las mujeres. Esa túnica negra, puede estar adornada exteriormente con bordados o lentejuelas, de colores incluso, aunque sin excesos. La abaya es una norma, una imposición social, una costumbre local y a toda mujer que entre en el país le ofrecen una para que se la ponga inmediatamente. La temperatura exterior oscilaba entre los 43º y los 50º. En los coches y edificios entre 15º y 16º…En tan solo unos segundos, lo que se tarda en salir y entrar atravesando una acera, la abaya se queda ardiendo y al apoyarse en el respaldo del asiento, por ejemplo, hace dar un respingo porque quema el cuerpo. El velo cubriendo la cabeza o incluso la cara, parcial o totalmente, es una cuestión religiosa. Una costumbre muy arraigada en el sector más conservador que obliga a tener la cabeza cubierta en los espacios donde haya hombres, eso sin que siquiera se puedan mezclar con ellos. Bien acotadas tras un cordón de raso rojo, teniendo que entrar antes que el resto y sentadas a una mesa lateral en segunda fila, Alicia veía cómo la Reina de corazones no podía figurar en la mesa principal por el mero hecho de ser mujer, y ahogaba las ganas de gritar aquello de “cortadles la cabeza” al ejército de naipes que coartaba su libertad, impidiéndole moverse con naturalidad y ocupar el lugar que le correspondía, entre los hombres…La liebre de marzo y el sombrerero loco, se acercaron a la mesa rompiendo el protocolo, pero como eran extranjeros en aquel cuento no llegó a mayores. Hablar con las cuatro mujeres cubiertas de negro de los pies a la cabeza, en público, va contra las normas. Las cámaras, que habitualmente evitan el objetivo femenino, claro que con el rostro tapado a ver qué interés tiene, se movían por la estancia enfocando el cuadro de luto, una novedad que no saldría en los medios (aunque en twiter si colgaron alguna foto), pero que quedaría en los archivos…Este celo por guardar a buen recaudo lo femenino ante los ojos ajenos, se relaja mucho cuando los muros altos protegen el mundo privado. Las abayas quedan a un lado y la fiesta - con agua, refrescos o “champán árabe”- transcurre informalmente. Se pide un poco de decoro en la vestimenta femenina. Los escotes y las transparencias son una provocación. Sin embargo, a Alicia le sobraron los zapatos cerrados que había llevado por si enseñar la punta o el talón del pie era pecado (Haraam) y origen de un escándalo. Las mujeres de Arabia llevan las uñas perfectamente arregladas, van super maquilladas y los retoques de bisturí no son problema a golpe de talonario. Las hay, como el resto del mundo, que solo se entretienen en eso. Pero, poco a poco, hacen deporte y compiten entre ellas en clubs privados, sin masculinos ojos que las observen pero con varonil apoyo, moral y económico en forma de patrocinadores…También hay otras virtudes, por ejemplo, tratan a sus invitados con una generosidad y una hospitalidad digna de príncipes y princesas… Es solo cuestión de tiempo, que las libertades sean públicas y los derechos fundamentales…como en occidente, donde no hace tanto que las mujeres no podían hacer nada sin la firma o permiso del hombre de la casa…¿por qué nos extraña tanto? A misa había que ir con un pañuelo cubriendo la cabeza, las faldas no podían dejar ver las rodillas, en fín, un sinfín de detalles que olvidamos tan fácilmente como Dori, la amiguita de Nemo, uy, pero ese es otro cuento…
En este país de la maravillas, Alicia vio al Conejo Blanco mirando su reloj…muy tarde es, muy tarde voy, mi cita es para hoy, no debo detenerme, ¿qué tal? …, me voy, me voy, me voy…y Alicia vio como se iba a paso ligero saliendo de un sueño para meterse en otro…por fortuna, siempre nos queda volver a donde lo habíamos dejado al despertar y pasar la puerta en el árbol para vivir más sueños soñados convertidos en realidad…