Quizás porque no hay dos sin tres, porque a perro flaco todo son pulgas o porque las desgracias nunca vienen solas, sea que en estos tiempos de cambios turbulentos la partícula ultraminúscula, esquiva, invisible, discreta, que durante un siglo ha mareado a las mentes más brillantes del mundo de la ciencia y la investigación, a aquellos que como Einstein la intuían pero no consiguieron demostrar su existencia, se dejó encontrar…Quizás porque, como dice Jose Luis Sampedro, la falta de valores de esta civilización nos ha llevado a un estado de barbarie insostenible y que por tanto está llegando a su fin, se está destartalando para limpiar el espacio y poder construir algo nuevo…Y en estos tiempos y en estos espacios surgen nuevos matices de conceptos viejos que le dan un nuevo sentido al vocablo y a lo que implica. Por ejemplo, Vacío: aquello que queda cuando se quita todo lo que se puede quitar. El vacío no es la nada, es una substancia permeada por el campo de Higgs, que a su vez es una substancia que permite a unas partículas ejercer una acción a distancia sobre otras…Partículas con carga eléctrica interaccionan entre sí a través del campo electromagnético. Una vibración del campo de Higgs es lo que se llama bosón de Higgs y a esta partícula que queda cuando ya no queda nada de todo lo que se puede quitar es a lo que han llamado la partícula de Dios, porque esa ínfima vibración puede explicar científicamente el origen del universo y rematar la teoría incompleta del Big Bang…¿y no podría llamarse también la partícula del amor? Porque después de todo, el amor es aquello que queda cuando se quita todo lo que se puede quitar…el amor que lo es todo, bien distinto de la nada…
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"Particula del amor" lo que queda cuando ya no se puede quitar nada...bonita reflexión y verdad verdadera.
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