El dolor
agota, sí, cansa mucho…da igual si el dolor es físico, mental o emocional…
llegará un momento en que te desmayes porque sea tan agudo que supere el umbral
de resistencia y tu cuerpo diga basta, hasta aquí…y la ansiedad, la angustia
que te asfixia sin aire sin resuello porque te olvidas de respirar, te rescata
esos otros dolores que tenías guardados para casos de emergencia en los que la
anestesia te impidiese sentir y comparar
y darte cuenta de que a pesar de todo sigues vivo y que el tiempo pasa o eso dice
el almanaque…porque para ti todo sigue en el mismo punto de aquel día en que
estalló la granada y lo único que resuena en tu memoria es que la culpa fue tuya
por querer ir al fondo…fondo…fondo…fondo que esperas tocar pronto para poder
empezar a subir, pero que no alcanzas y sigues bajando… bajando… bajando…hasta
que algo te haga reaccionar y sin tocar nada firme tus pies se impulsen para
que salgas a flote…
Atardecer en la costa norte de Tenerife, Islas Canarias. |