Sin embargo, esta foto no es consecuencia de las lluvias, sino de los golpes de mar unos días antes...La piscina se cerró y a saber cuánto tardarán en abrirla de nuevo. Tiene su importancia y más en crisis, ya que es sabido que en invierno son muchos los bañistas, locales y foráneos, que desde el amanecer de Dios y hasta bien entrada la tarde, ejercitan mente, cuerpo y alma en estas aguas.
Al día siguiente, las olas habían tirado los trozos de muro y hoy solo quedan una migajas esparcidas por el fondo vacío de la piscina. Quizás sea un homenaje a la caída del muro de Berlín , o un simple recordatorio de que hay fuerzas muy superiores a la de la especie humana.
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